miércoles, 4 de junio de 2014

LA MUJER RURAL EN BOLIVIA (trabajo final)

LA MUJER RURAL EN BOLIVIA

Nadie pone en duda ya la participación socioeconómica de las mujeres: su presencia en el campo económico, la valorización de sus aportes económicos a lo largo de la historia, así como su discriminación y brechas diversas respecto a los hombres en este campo (Farah, 2008).

Aunque no es novedad que las mujeres campesinas e indígenas hayan sido  parte activa de los sistemas productivos, en  los cuales su trabajo productivo fue siempre  decisivo.

La mujer rural en Bolivia trabaja muy intensamente en las actividades agropecuarias, ellas se encargan de la compra de insumos, cuidado de los huertos familiares y la ganadería, al mismo tiempo, participan en la toma de decisiones y la comercialización de los productos.

Para aumentar el ingreso familiar, la mujer trabaja en actividades agropecuarias, dependiendo de los recursos disponibles y las condiciones del contexto. Se suma además, el tiempo que dedican a las actividades cotidianas en sus hogares y comunidades.

Las mujeres desempeñan un papel fundamental como productoras agrícolas y como agentes de seguridad alimentaria y nutricional. Sin embargo, cuentan con menor acceso que los hombres a bienes productivos como la tierra y a servicios como los financieros y de extensión.

Propiedad de la tierra cultivable

El acceso de las mujeres a la tierra, en calidad de propietarias, está limitado por factores sobre todo de carácter cultural y legal. No obstante haberse puesto en evidencia el rol protagónico de las mujeres en la producción agropecuaria, no existe correspondencia entre su participación y el acceso a los recursos productivos.

Dentro de la producción agrícola tenemos el arroz, la cebada grano, maíz, quinua, trigo,  algodón, caña de azúcar, girasol, maní y soya. El resto se distribuyó en café, hortalizas, tubérculos, forraje y frutales. La mujer rural en Bolivia trabaja muy intensamente en las actividades agrícolas, especialmente cuando la parcela y la vivienda quedan en el mismo lugar.

La producción pecuaria es un componente importante en los sistemas económicos de las familias rurales de Bolivia, contribuyen tanto al consumo del hogar, como para su venta. Respecto del tipo de ganado, generalmente, se cuenta con: ovinos, caprinos y camélidos.

Productos forestales no madereros

Bolivia posee una enorme variedad de productos forestales no madereros, en particular en los bosques del Amazonas (FAO, 2004).

Actualmente, la castaña y el palmito son los principales productos forestales no madereros aprovechados económicamente. Las mujeres cosechan y procesan estos productos; las llamadas “quebradoras de castaña”, por ejemplo, trabajan en las beneficiadoras como mano de obra eventual y en condiciones precarias, durante la mayor parte del año. Su nivel de remuneración es bajo, lo que les obliga a trabajar durante todo el día y la mayor parte de la noche, con la ayuda de su familia.

Su nivel de remuneración es bajo, lo que las obliga a trabajar durante todo el día y la mayor parte de la noche, con la ayuda de su familia. Por otro lado, las mujeres recolectan leña como combustible, lo que en ocasiones las obliga a caminar grandes distancias y ocupar gran parte de su tiempo. En muchas comunidades de Bolivia, la tarea del vivero es un trabajo mayoritariamente masculino, en otras en cambio, es un trabajo familiar donde las mujeres protegen y cuidan el vivero, ocupándose también de la preparación de sustratos, almacigado, repique, riego, cuidado y mantenimiento.

La pesca

Bolivia cuenta con importantes recursos hídricos superficiales en los que habitan una diversidad de especies piscícolas (más de 400 especies). La pesca ha constituido una fuente alimentaria tradicional y una actividad generadora de ingresos para los grupos indígenas. El advenimiento de nuevas tecnologías pesqueras, la sobre-pesca y la degradación ambiental de las cuencas, han provocado que estos grupos junto con los colonizadores que también se han convertido en pescadores establecidos en los últimos 40 años, sean extremadamente vulnerables en su situación socio económica y seguridad alimentaria.

En 1999 el sector pesquero dio empleo a aproximadamente 3.600 pescadores, implicando que casi 20.000 personas dependan de la pesca. De todo este personal, sólo 568 viven de la renta de la pesca. La edad media de los pescadores era de 41 años y eran en su mayoría hombres (98%). Asimismo, el número de vendedores fluctuaba entre 2.000 y 4.000, en su mayoría mujeres. Estas mujeres trabajan en pequeños puestos de venta de pescado, principalmente en los mercados de los centros urbanos. (FAO, 2004).

Las mujeres y sus familias participan tradicionalmente en la preparación de redes de peces y en algunas áreas, en el proceso del limpiado de los pescados y en su preparación para el consumo familiar, aportando así los nutrientes y proteínas a la dieta de la familia.


La agroindustria

Existen sectores de la agroindustria (transformación físico o química de materia prima de origen agropecuario en productos alimentarios y no alimentarios), donde es evidente el predominio de la participación de la mujer, por ejemplo en el procesamiento de frutas y hortalizas (mermeladas, dulces, jugos, conservas, vinagre, etc.); en la fabricación de quesos, quesillo, helados de leche, yogurt, mantequilla y dulce de leche, productos cárnicos tales como, salchichas y chorizos,  en el procesamiento de granos como quinua, cebada y maíz, y en la confección de textiles (FAO, 2004).

Finalmente diremos que una de las principales demandas de las mujeres rurales es la capacitación en diferentes ámbitos, sobretodo en derechos y áreas técnicas relacionadas a sus actividades productivas, y en muchos casos para la inclusión en actividades de generación de ingresos.

Se ha creado el mecanismo normativo para incrementar el  acceso de las mujeres a la tierra aunque el proceso es lento y enfrenta aun resistencia importante.

El reconocimiento del aporte femenino a la economía familiar y nacional y el acceso a recursos productivos y de capacitación,  es aun limitado.

En el campo forestal, la participación de las mujeres se articula a los recursos no maderables con importante presencia en el recojo de castaña y palmito y la producción artesanal.

En el campo pesquero, la participación de la mujer se da sobretodo en la comercialización en pequeña escala.



Bibliografía

Farah, I. y Sánchez, C. (2008). Perfil de género Bolivia. La Paz, Bolivia: Plural editores CIDES – UMSA

FAO, La Organización de las Naciones Unidas para la Agriculturala Alimentación,  (2004). Las mujeres en la agricultura, medio ambiente y productividad rural.



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